domingo, 5 de agosto de 2012

NADA

Los humanos son mucho más débiles de lo que pretenden aparentar, algunos más que otros, pero siempre débiles.

Organizan su vida, siempre lo hacen aunque quieran aparentar que no. Cuando crean esas estructuras que miran al futuro, se sienten realizados, seguros de si mismos, irrompibles pero nada más lejos de la realidad... esas estructuras se derrumban con gran facilidad, como si de un castillo de naipes se tratase.

No importa el esfuerzo o las ganas que involucren en esos proyectos, en esas estructuras que miran al frente. Un soplo de viento puede acabar con ellos en un instante. ¿Y luego qué? Luego nada, se acaba esa seguridad, simple. Cuando ese esfuerzo acaba en nada, muchas cosas dejan de tener sentido.

Los humanos viven para el futuro, siempre creando estructuras que los momentos venideros rellenarán, pero esas estructuras dependen no dependen sólo de ellos, sino de múltiples condicionantes y cuanto más se apoyen en ellos y no en la persona tienen más facilidad o de acabar convertidos en ruinas.

Las ruinas son algo totalmente indeseable, se quedan allí durante largos periodos de tiempo para recordarles lo que podrían haber sido. Esas ruinas, como las palabras, son lo que más daño pueden ocasionar. Es entonces cuando pierden todo su equilibrio, se desmoronan. Sin proyectos, sin saber lo que pasará el día de mañana son los más débiles, no son nada, como lo que tienen por delante.
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