Hoy he comprobado como la amabilidad de los sanitarios sevillanos se está reduciendo por momentos. Por desgracia he conocido ya la sala de urgencias del Macarena, del Virgen del Rocío y del centro de salud que tengo junto a mi casa. Sólo en uno de ellos me han tratado como uno más, en otro tenían más prisa por echarme que darme una solución fiable a lo que me pasaba y en el centro de salud primero: no me han querido dar cita y cuando al fín he conseguido entrar a que me viese la doctora ha considerado que ya estaba curada... que lo mio ha debido ser un virus de los que se van rapiditos.
Horas más tarde, a pesar de que supuestamente ya estaba en plenas facultades físicas he empezado a tener fiebre. Por no hablar de que en ningún momento dejé de sentirme enfermo.
Parece ser que los pingüinos de verano no somos bien recibidos por el sistema sanitario, a pesar de tener una tarjeta del SAS con la que se supone que tengo derecho a una atención sanitaria... pero está visto que no es así. Desde hace unos años confío poco en los médicos y es que por día me dan más motivos para desconfiar de ellos.
Así como para no automedicarse...
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