viernes, 24 de diciembre de 2010

Un coche, tres amigos, un pingüino y un jerbo

Ayer tocaba volver a casa para pasar las fiestas. No hay mejor manera de volver a casa que en un coche lleno de maletas y bolsas, música y amigos con los que pasar el rato.

 Más de 140 kilómetros dan para mucho y el día comenzó bastante temprado después de una noche que había terminado muy tarde con cenas a deshoras, canciones más que esperadas y el comienzo de las despedidas.


Hace muy poco que me iba de vuelta a Sevilla pero tenía ganas de volver y de esa manera alejarme del frío invernal que reina en sevilla, a los pingüinos nos gusta el frío, pero en su justa medida, aunque para mi sorpresa estoy pasando en Cádiz más frío que el que pasaba en Sevilla... tendré que seguir investigando el cambio climático.

Como veis en esta entrada hay más fotos, ya no sólo sale mi persona, sino que también podéis comprobar cómo puedo hacer fotos aunque parezca imposible por el hecho de tener las manos atadas (literalmente). Os presento la manera de tener entretenido a un jerbo durante mucho, mucho tiempo... hasta que el pobrecillo se marea de tanto traqueteo en el coche. Por cierto, cuando eso pasa... da bastante penita. Adagio espero que ya estés recuperado.

De algo me voy dando cuenta, en el poco tiempo que llevo dando vueltas de aquí para allá desde que me escapé de un casting de un anuncio de una cerveza, me gustan los viajes por carretera, al menos algo más que al pequeño jerbo. Espero que en  el próximo mi colega el oso también se pueda venir, cuantos más mejor. Aunque de momento me quedan unos días más antes de volver a ponerme en marcha.


Un saludo y Felices Fiestas!

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