miércoles, 16 de noviembre de 2011

Llega el frio

Todo llega en esta vida, aunque puede que con algo de retraso. El frío ha empezado a asomarse a las ventanas más tarde de lo que los humanos están acostumbrados. De donde yo vengo... lo que ellos llaman frío lo llamamos ola de calor... pero bueno.

Los humanos... dentro de sus rarezas tienen la capacidad de cambiar su estado de ánimo y su forma de ser. Con el cambio de las camisetas de tirantes al plumas, de las chanclas a las botas y de dormir desnudos con las ventanas abiertas a hacerlo bajo mantas y más mantas.

Su capacidad de cambio es asombrosa, aunque no se puede considerar como una adaptación al medio, de hecho, creo que son incapaces de hacerlo... pero eso es otra historia. Sus transformaciones pueden llegar a ser continuas, siendo la constante de su vida el cambio.

A pesar de lo que pueda parecer ese cambio no implica ir a mejor, ni siquiera lleva incluido un cambio de esencia, siendo un simple lavado de cara.

Quizás valoran más esos chapa y pintura que los cambios trascendentales y profundos que suelen verse como una traición a unos principios; principios que no tenían que estar, sino que te los otorgasen otros. Es que para los humanos resulta más fácil moverse por convicciones sociales que por las suyas propias, y son precisamente, los cambios sociales los que obligan al ser humano a cambiar, a bailar el agua de lo que pasa a su lado, quiera o no. 

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